lunes

Día Internacional del Trabajador

Ayer estuve en la PC pero no tenía ganas de escribir. Hoy me levanté, comí, y camino hacia a la escuela observé a muchas personas. 
¿Por qué no hacer un reconocimiento a todos los trabajadores que día a día se esfuerzan (o no) para conseguir bienes con el fin de satisfacer sus necesidades? 
Empecé  a escribir, a escribir lo que pienso. Lo que me sale, lo que me viene a la cabeza pensando en todos ellos. Más allá del origen del Día Internacional Del Trabajador, celebrado el 1ero de Mayo. El 1º de Mayo es el Día Internacional del Trabajador. Se recuerda en todo el mundo, excepto en los Estados Unidos… casualmente, donde todo comenzó. Ahí, los laburantes se hartaron de tener jornadas eternas de trabajo y organizaron una huelga general reclamando una jornada de 8 horas (no tan pretenciosos). Hubo represión y muerte en el corazón del futuro imperio. No era casualidad. El capitalismo industrial se imponía con botas de plomo y leyes anti-obreras. El futuro de Estados Unidos estaba en ser la abanderada de la libertad de mercado, y unos miles de obreros organizados no fueron suficientes para torcer la historia. Los organizadores de la huelga fueron juzgados y condenados. Varios fueron ahorcados con cuerdas legales.   Quiero pensar mas allá. De que TODOS, absolutamente todos los trabajos son dignos. Dignos de realizar, y todos los que lo hacen son dignos a recibir el derecho de que se los trate como tal.  Desde un maestro, una profesora. Un médico, un recolector de basura, un camionero, un taxista. Una bailarina, una actriz. Un cantante, un albañil. Un empleado de comercio, un oficinista. Un ordenanza de limpieza. Todos, absolutamente TODOS tienen el derecho de recibir un salario digno, de que se les den los beneficios que les corresponden, y sobre todo y más allá de lo legal de que se los respete. Todos sentimos que tenemos el derecho a ser respetados por los demás en nuestro modo de ser, de actuar y de expresarnos. Esto exige de nosotros el deber de respetar igualmente a todas las personas.  Por eso escribo esto. Para que terminemos de discriminar a una persona por su trabajo y empecemos a respetarla Algún día yo también voy a estar en ese lugar de tener que trabajar para bancarme. Y me encantaría que todos respeten, a mi trabajo y a mí. Ya he trabajado pero no como lo voy a hacer cuando sea más grande. Yo me entendí. Sin dar más vueltas, me quedo pensando en todo y termino leyendo esto…

¡Salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso, como en un teatro… Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “La voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora”. Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…

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